
Para comenzar nuestra ruta al Faro del Albir, aparcamos el vehículo en un parking público de carácter gratuito, que hay al comienzo de la ruta natural. El parking es pequeño por lo que podéis tener problemas para aparcar si hacéis la marcha en días de verano. Nosotros aparcamos con facilidad, así que fue desde allí desde donde comenzamos nosotros.
La ruta roja no tiene pérdida, desde que comienzas hasta que finalizas vas por una carretera asfaltada apta para carros de bebé. La ida es hacia arriba, aunque no hay demasiada pendiente, por lo que se hace bastante llevadera. En total 5 kilómetros de caminata, 2’5 ida y 2’5 vuelta, que se hacen bastante llevaderos.
La entrada viene marcada por unas casetas con paneles donde se explican rutas alternativas que atraviesan la montaña. De hecho nada más entrar se ve una marca de camino que sube a través de la montaña. También hay unos baños. Más arriba ya no encontrarás otros.
La ruta, como digo, por distancia, amplitud de la calzada, firmeza del pavimento, etc., la describiría como una ruta fácil, aunque es cierto que hay zonas con bastante pendiente (desnivel 100 metros), que si bien están acotadas lateralmente con protecciones, no lo están en su totalidad, presentando huecos por los que los niños caben. Nosotros la hicimos con un niño pequeño de 3 años y si bien puede ir solo sin tener que llevarlo de la mano, conviene que no lo perdamos de vista durante la subida. Ya sabéis que cualquier precaución es poca.
Una cosa a destacar es la gran cantidad de gente que encontramos por el camino. Algunos practicaban senderismo como nosotros, otros subían en bicicleta (me pareció una aberración que se permitiera subir en bicicleta, pues había demasiada gente. Tampoco sé cómo los ciclistas subían con tanta gente allí. Se les veía continuamente echando el pie a tierra) y gente también haciendo footing. Las bicicletas están permitidas pero la preferencia siempre la tiene el peatón.
Durante el camino encontramos cosas interesantes:
– Una fuente donde puedes refrescarte y beber un poco de agua.
– Unos merenderos. En la ida estaban todos vacíos, pero al volver solo quedaba uno libre.
– Una bifurcación de la ruta amarilla: La Travesía de la Serra Gelada que recorre toda la costa de la sierra (Dificultad media-alta).
– Muchos miradores desde los que puedes disfrutar de unas vistas preciosas de la costa alicantina, especialmente de la bahía de Altea, la Serra Gelada y el peñón de Ifach (desde el segundo mirador)
– Un túnel, que cambia un poco la rutina de la subida y que siempre gusta a los niños.
– Restos fósiles de animales ya extinguidos en la actualidad.
– Las minas de ocre. Aparecen señaladas poco antes de la llegada. Nosotros las vimos desde la distancia.
– Entrada a una cala. También a través de la montaña se observa el camino de acceso al mar.
– Vegetación a raudales con algunos paneles interpretativos que te indican el nombre de la flora que vas a ir encontrando.
– Paredes de cantos, donde los niños pueden mostrar sus dotes para la escalada.
– El centro de interpretacion del faro del Albir, parada final y fin del camino. El acceso al interior es gratuito. Dentro nos dan información gráfica de la Serra Gelada, hay fotos de la fauna más habitual en mar, tierra y aire, etc. En el exterior la presencia de las ruinas de la Torre Bombarda, construida en el SXVI, acompaña las preciosas vistas del mar mediterráneo.
Horario del Centro de Interpretación del Faro de l’Albir
HORARIO INVIERNO
- Lunes – Viernes: 9:00 hs – 14:00 hs
- Sábado y Domingo: 10:00 hs – 13:30 hs
HORARIO VERANO
- Lunes – Viernes: 9:00 hs – 13:00 h
- Domingo: 10:00 hs – 13:30 h
- Miércoles – Sábado: 18 – 21 h
Para visitas guiadas contactar al teléfono 965 889 424
Para rematar la faena comimos en un restaurante de El Albir que nos gustó bastante. Se llamaba Bistro Chapi 4. Pescados, carnes y entrantes de primera calidad. Os dejo el enlace por si os apetece consultarlo.
En resumen, una ruta muy fácil y agradable que se hizo un poco larga para nuestro pequeño de 3 años, a pesar de que la vuelta es ya cuesta abajo. Aún así, valió la pena y la recomiendo a todo aquel que quiera disfrutar de un bonito paseo por la zona.
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