
La ruta de los molinos de Alborache es una ruta de dificultad baja que transcurre paralela al río Buñol. A lo largo del camino divisamos antiguos molinos que no siempre están bien conservados. La ruta es corta, de apenas 1,7 km y es de ida y vuelta. No obstante, hay posibilidad de encadenarla con otras rutas por el camino si te quedas con ganas de más.
INICIO DE RUTA
La ruta puede recorrerse en los dos sentidos:
- Por la zona sur en la partida del Yesar. Es la zona que escogimos nosotros para hacerlo. Se inicia por el antiguo camino de Chiva junto al puente. No hay un parking específico para dejar el coche. Sin embargo hay muchos ensanchamientos a lo largo del camino donde puedes estacionar tu vehículo.
- Por la zona norte en el aparcamiento de Molino Galán. Esta zona está más cerca del área recreativa con merenderos, por lo que si vas a comer allí y vas muy cargado, quizás esta sea la mejor opción.
Otras zonas de entrada es por el sendero local SLV-31 que sale del polideportivo descendiendo hasta el Charco Azul, desde el Albergue Rural Actio o desde la Urbanización de la Fuente del Micó, donde hay una zona para aparcar coches.
LA RUTA
La primera consideración a hacer es que a pesar de que diferentes webs califican la ruta como APTA para carros de bebé, debo decir que si bien es posible hacerla de esta manera, manejar un carro por allí no es tarea fácil, dado que el camino es pedregoso y arenoso y cuesta bastante moverlo en ocasiones.

Desde la salida se observa lo que va a deparar la ruta, un bosque de ribera al que se accede cruzando algunas mini pasarelas por el camino. Pronto observamos también los antiguos molinos y los azudes donde puedes refrescarte si llevas un bañador. Aunque no son muy hondos, hay zonas donde los niños pueden nadar perfectamente.
Durante el camino observamos árboles y troncos que hacen las delicias de los niños, además de algunas zonas repletas de minerales o la flora típica de la zona.

En la parte final, llegamos a unos merenderos. Hay concretamente 4 mesas, 3 de ellas a la sombra y una al sol. No hace falta decir que en fin de semana, si quieres hacerte con una será necesario madrugar. Nosotros no lo hicimos y nos quedamos sin mesa en la sombra.
Desde la zona de los merenderos y prosiguiendo la ruta llegamos a una zona con señales que nos muestran el camino hacia el Albergue Actio, el charco azul o la casa rural de Molino Galán.

Entre todos los azudes que encontramos, nosotros nos bañamos en el Azud del Molino Zanón. El agua estaba muy limpia, aunque un poco fría, como suele ser habitual en los ríos.
Durante el recorrido, hay diferentes paneles informativos donde puedes aprender algo sobre el origen de los molinos, periodos de máxima actividad, su funcionamiento, etc.
Un poquito de historia
Alborache cuenta con mucha tradición como lugar donde se llevó a cabo un excelente aprovechamiento de la fuerza motriz del agua, de ahí la presencia en esta zona de diferentes molinos. En concreto, en esta zona se documentan 11 molinos (solo unos pocos se conservan parcialmente), 7 en la cuenca del río Buñol y 3 que funcionaban con aguas canalizadas del río Juanes, además del existente en el barranco de San Jaime.
Unos eran molinos harineros, otros fabricaban papel y uno de ellos se dedicaba a la fabricación de chocolate. De los 6 molinos papeleros que estaban en máxima actividad en el SXIX, 4 se pueden ver durante el recorrido, algunos bien conservados (rehabilitados en alojamientos rurales o residencias privadas) y otros ya casi en ruinas.
Dejar una contestacion